Gran escándalo rodea a Anabel Ascar, la última compañera de vida de Héctor Ricardo García, de
quien en días se cumplen dos años de su fallecimiento. A quienes estuvimos en Crónica trabajando, o sea Editorial Sarmiento, nos consta la relación que unía a García con Anabel y que ella era, por sobre todas, la pareja más estable de las últimas décadas del empresario periodístico, un hombre enérgico, pero al mismo tiempo déspota. Si lo cuidaba bien o no es un tema que no le compete al periodismo, pero que se hizo cargo de García cuando se pidió cárcel por su milonaria deuda con el fisco y con muchos de nosotros, sus trabajadores, nadie lo puede dudar. Juntos viajaron a Estados Unidos, juntos convivieron mal o bien. Nadie tiene derecho a decir que no fue su última pareja. Lo fue, a pesar de las infidelidades de García que terminaron por agotar a Anabel, con una breve separación de ambos. Ser compañera de cenas, de idas y venidas, de Héctor Ricardo García no fue fácil para nadie, ni siquiera para sus trabajadoras. Que la única hija de García es su heredera universal nadie lo pone en duda. Pero que Anabel Ascar fue su última compañera estable, tampoco se puede poner en duda.