El regreso de la ficción nacional con "La 1-5/18" es un factor de enorme alegría. Esta producción
de Pol-ka, con el sello de Adrián Suar, significó el regreso al trabajo de actores, actrices, técnicos, guionistas. Y eso es lo que valoramos. En cuanto a los tres días que lleva en el aire, la historia a través de un excelente elenco coral, no conforma. Hay actuaciones muy débiles, sin "pathos". Situaciones inverosímiles como que el padre adoptivo de un jovencito hable por teléfono con su "mucama" no como patrón sino como confidente, algo así. Es rara la mezcla. Mucha balacera, mucha droga. Actores que no lo son como el Polaco, cantante de cumbia, excelente allí, pero aquí se queda "duro" frente a cámaras. Angela Leiva no le va a menos: siempre con las manos en los bolsillos del vaquero, sin expresión genuina, mientras que Lamothe decepciona por la carencia de gestualidad acorde a lo que siente. No es el caso de Gonzalo Heredia, ni de Patricio Contreras, si bien este último y Leonor Manso están exagerados en sus roles. Agustina Cherri, el personaje principal, parece extrapolada de Barrio Norte, sin terminar de adaptarse a otro nivel de vida. Y, por si fuera poco, encontramos algunas similitudes con el film "Luna de Avellaneda", de Campanella, así como algunas escenografías son las mismas de "Separadas", la ficción que quedó trunca por la pandemia. El amor que pareciera despertarte entre el sacerdote de Lamothe y Cherri, justo es decirlo, nos remite a "Camila"...Se entiende que son tiempos difíciles pero las producciones nacionales tienen que salir a jugar "en primera" y no con requechos. Es la única forma de volver a tener mercados internacionales y de hacer las historias creíbles. En síntesis: una excelente fotografía que produce una narración fluida y atractiva con una muy débil dirección actoral por lo que las historias carecen de fuerza.