martes, 14 de marzo de 2023

"TAR", UNA PELÍCULA CON PROTAGONISTA E HISTORIA DISASOCIADAS

 "Tar" y la actuación de la notable Cate Blanchett dividieron a la crítica especializada argentina. Es
que la presencia imbatible de la Blanchett hace conmover los cimientos de los más plantados así como sus condiciones interpretativas son innegables. Pero aquí, con este film, sucedió otra cosa: su director (Todd Field) apuntó a "grossos" de la música como la Orquesta Filarmónica.Sinfónica de Berlín y al autor Gustav Mahler y su sinfonía 5ta con el magnífico y famoso "adagietto" y utilizó la vida personal de una prestigiosa directora, L.Tar (la Blancett) para pivotear la historia. Pero he aquí la serie de errores garrafales: ningún director de orquesta, menos con la orquesta de Berlín hoy la mejor del mundo y un autor tan complejo como Gustav Mahler, puede darse el lujo de no estudiar, repasar, semejante partitura antes de enfrentar a la orquesta. Se ve que no se tuvo en cuenta la actividad del músico en sí, tan magnífica como difícil (la más difícil de todas las artes es la música por su implicancia con las Matemáticas), que requiere aplicación constante. Se solucionaba ubicando la partitura de la sinfonía sobre el piano de la protagonista... Pensemos en las miniseries sobre médicos y hospitales: no hay un solo error en el manejo de los bisturís o en la explicación de diagnósticos. Pero se ve que la Música y los músicos todavía son una rara avis para muchos realizadores de cine y críticos. De allí que el personaje de Blanchett jamás estuvo ligado a la música sino a sus miserias humanas por lo que bien pudo ser chef o peluquera o atender un negocio de ramos generales. Es un personaje fuera de contexto, un personaje para otra historia. O sea que historia y protagonista estuvieron disociados todo el tiempo. A esto le agregamos cierto sabor a la notable "Venecia Rojo Schocking" de los 70. Por otra parte, el comienzo del film con una larga entrevista similar a las memorables del Actor's Studio es anticine, como sería antitelevisión de ser un producto para la TV. Nada más lejos de la agilidad narrativa. Para colmo con una serie de generalidades sobre la música y el compositor Mahler que dan idea de la trivialidad y falta de conocimientos con las que se encaró el filme. Parece un sacrilegio lo que escribimos pero está demostrado que con otras profesiones como la del médico, por ejemplo, no ocurre tanta displicencia ni desconocimiento. Cate Blanchett es innegable como actriz pero, en este caso, y por obra y gracia del guion planteado por Field tuvo una actuación alocada, iba y venía entre sus compromisos sin anclar en ninguno y mucho menos con el fundamental, el de la dirección orquestal. Es un film que desmerece la inmensa tarea que significa ser músico y pertenecer a una orquesta. Elsa Bragato