El director del festivel de cine de Viena durante 20 años y crítico de cine Hans Hurch, asiduo visitante del bAFICI, falleció repentinamente a los 64 años el año pasado en Roma. El realizador argentino muy reconocido Gastón Solnicki realizó este documental-homenaje a quien fuera también un gran amigo. Cliqueá en el título para leer la crítica de este film que se acaba de estrenar en el Malba
INTRODUZIONE
ALL’OSCURO
Documental
de Gastón Solnicki
XXXXX-TRIBUTO A
UN GRAN CRÍTICO VIENÉS
”Introduzione all’oscuro”
rinde homenaje al crítico de cine y “padre” artístico de origen vienés Hans
Hurch, fallecido el 23 de agosto del 2018 de un ataque al corazón en Roma.
Durante 20 años rigió los destinos de una muestra de enorme calidad. Vienés de
pura cepa, amaba su ciudad, rechazaba la tecnología como comunicación, vestía
un traje especialmente realizado en su país, y fue un asiduo visitante del BAFICI.
Gastón Solnicki, joven realizador argentino, tuvo el privilegio de su amistad
que muestra a través de varias esquelas manuscritas que Hursch le enviara.
El documental recorre
Viena comenzando por su cementerio: la tumba de Beethoven y pocos compases de
una de sus famosas sinfonías enmarcan esta fotografía silente y conmovedora a
la vez, pasa luego a la tumba –también majestuosa- de Brahms y se posa en la más
que sencilla de Hans Hurch, con pasto algo y apenas un letrero de madera que
indica su nombre, casi al ras de la tierra.
Viena es captada en su
esencia: una ciudad tradicional, con organitos en sus peatonales, casas de
música con pianos maravillosos, orquestas como la Klamsforum Wien, en el
momento del ensayo de “Introduzione all’oscuro”, obra instrumental del italiano
contemporáneo Salvatore Sciarrino, basada en sonidos de 12 instrumentos, silencios
extensos, marcando un vanguardismo que no siempre agrada. Es una contraposición
neta con el espíritu bohemio y tradicional de Hans Hurch.
De gran belleza visual,
este documental resulta conmovedor: Solnicki lo contruyó a manera de elegía
cinematográfica profunda que pasea por los lugares que visitaba Hurch, como el
famoso café Englador donde se puede pedir justamente un “hurch”.
Vale la pena disfrutar de ese
film muy diferente y de gran estilo, sin diálogos pero con sonido ambiente. El
MOMA de New York, el famoso museo de arte moderno, adquirió toda la obra de
Solnicki, incluyendo este trabajo.