“Buenos chicos” es la nueva ficción de Polka, producto bien realizado que apunta al buen entretenimiento y al rating. La historia de chicos de familias de buena posición y las vicisitudes que viven resulta más que interesante.
El inicio fue contundente: la detención de los buenos chicos. La explicación vino después: una amiga trans sufrió un intento de violación por lo que el grupo de amigos decidió invadir la lujosa casa y destruir todo lo que encontrÓ a su paso.
Es el nudo, el quid, de todo lo que
veremos. En principio, hubo buenas pinceladas sobre cada uno de los jóvenes
actores en sus respectivos roles. Incluyendo a algunos de los familiares
directos: la fiscal a cargo de Gabriela Toscano, madre de uno de los involucrados, y el juez a cargo del caso que encarna Luis Machín, el
padre, entre otros personajes. En general, tenemos poco conocimiento de los jóvenes actores, al parecer todos muy duchos por lo demostrado en el primer capítulo (Tomás Kirzner, el más conocido por todos).
Estas relaciones familiares son buenas y malas a la vez porque le dan poco aire a la ficción: todo se solucionará entre escasas pocas paredes, algo que ayuda a que la inversión en producción sea menor, esté acotada. No obstante, siempre puede haber un golpe de timón que cambie la situación.
Es lo mismo que observamos en ATAV 2, excelente ficción, que se desarrolla en espacios reducidos. Claro está que la complejidad de las historias en una y otra ficción hace que el ojo crítico se interese más en los personajes que en las locaciones. Aunque es un aspecto que un comentarista no puede dejar de mencionar.
En síntesis, dos muy buenas
producciones de Polka que merecen todo nuestro apoyo. Aunque es una "televisión chica, poco generosa", con buenos guiones y elencos.