Decepción. Cantando 2020, ya sin sueños a cumplir, resultó aburridísimo, "franelero", plagado de elogios entre el jurado y Carmen Barbieri quien, con su enorme profesionalismo, abrió la difícil cancha. Larguísimos monólogos de cada jurado y de Barbieri, nada ágil, flores de aquí y de allá. Un despropósito! Lindo decorado, pálido ballet y canto de mujeres de la comedia musical y shows sin potencia, lánguidas, y dos conductores como Angel de Brito y Laurita Fernández sin carisma correctos pero sin gracia. En el caso de Laurita Fernández, su voz no es la adecuada para anunciar a los gritos a los participantes. Y en el caso de De Brito, tiene cancha frente a cámaras, pero no "ángel" y, además, no sabe cómo pararse, se recuesta en una pierna, en la otra. La ausencia de Marcelo Tinelli fue notoria. Por otra parte, el notable conductor, número 1 por donde se lo mire, pudo suponer que ponía mucha carne al asador pero no iba a pasar mucho más en el rating 10 puntos con décimas, aplastado por "Jesús" de Telefé. Tal vez su intuición lo llevó a delegar la conducción. "Cantando 2020" fue el fiasco del año. Karina la princesita demostró un aburrimiento mortal sosteniéndose la cabeza con las dos manos, mirando para abajo, rascándose el cuello. Los dos más sobrios fueron Nacha Guevara y Pepe Cibrián Campoy. Moria Casán es la "one" y lo que haga lleva su inconfundible sello, nos guste o no.
Muy bueno fue el panel del Zoom con público, y los colores de la escenografía en un rojo intenso. Lástima que nunca se supo dónde están ubicados los jurados, solo que los participantes miraban hacia la derecha de la pantalla, desde el punto de vista del espectador, y luego se los vio a cada uno de ellos en sus lugares separados por acrílicos. ¿En qué sitio del estudio estaban y estarán? Técnica muy buena, contenido aburridísimo, iluminación sin brillo, desmaído y tardío debut.