La tele viene "berretita", sin dinero, sin mayor inversión más que para magros sueldos a panelistas
al límite de un ataque de nervios porque no hay trabajo. Así aparecen partiquinas, modelos, seudoperiodistas, gente que da codazos y logra sentarse en un panel, y los truchos de siempre, conformando los planteles de programas que no dejan nada. En este sentido, son inocuos, una suerte de placebos estupidizantes.. Está ocurriendo con la notable Karina Mazzocco a la que siempre apoyamos por su capacidad para conducir frente a cámaras. Pero su ciclo "A la tarde", que reemplaza "Fantino a la tarde", es innecesario en cualquier pantalla. Las chicas convocadas, algunas de ellas del panel de Fantino, no tienen de qué hablar, las preguntas de los primeros programas de Mazzocco fueron insufribles tales como "¿Preferís de mañana o de noche?", a quemarropa, una gratuidad para la tontería que espanta. No repunta, se sigue en la línea de lo fatuo. ¡Y pensar que hay colegas sin trabajo, profesionales de primera línea! Por favor!!!!