En varios programas, con exclusión de los noticieros, de América la repetición de invitados que
cuentan lo mismo, desde sus amoríos hasta la autoreferencia más desagradable, atiborra a esa pantalla de muy mal gusto. Es imposible ver algo novedoso: sucesiones, hijos no reconocidos, exhumaciones de cadáveres, peleas familiares, conforman un contenido que, en definitiva, es "comesesos", deja tan valiosos y caros espacios de difusión sin artistas que la necesitan. Si alguien se quebró una pierna, seguro tendrá su lugar en América., mejor si se divorcia y aún mejor si al marido o a la esposa los encontraron con "terceros". Pero actores y actrices reales, no mediáticos, no (alguna vez, a las perdidas, para ser justos). Se ve en la publicidad, cargada de PNT en vez de grandes auspiciantes.