Da la impresión de que el avance del empoderamiento femenino no es muy bien recibido por las
empresas publicitarias por un lado, y, por el otro, un ensañamiento con las buenas costumbres llamativo. Si no, analicemos brevemente qué nos produce ver en pantalla las consecuencias "sangrientas" por no usar una determinada marca dentífrica, o bien qué pasa en nuestros intestinos que se "arruinan" con hemorroides por lo que mozos y ciclistas lloran cuando se sientan, o que pasa con las "vulvas" de las mujeres si no usan tal o cual gel o jabón o toalla higiénica. Hasta hay actores-médicos que indican qué sentimos las mujeres cuando nos sucede algo en las partes pudendas y qué podemos tomar, como si realmente lo supiesen por haberlo padecido. Señores publicistas, producen ASCO. Y, además, el sentimiento de invasión a la privacidad de la mujer. Nadie se mete con los órganos masculinos, nadie aconseja tal o cual producto para suavizarlo o cómo higienizarlo. En cambio, las mujeres estamos expuestas hasta cuando vamos al baño. Y todo a la hora de la cena... Insoportable, aunque esos comerciales se vean en otros horarios. Habrá que investigar quiénes son los dueños de las empresas de publicidad, no? Con exposición en las cadenas farmaceúticas sería más que suficiente. Tanto para las encíaas, como las hemorroides o las vulvas. Respeten!