Llegó la fiesta del Martín Fierro Capital en medio de muchas denuncias y alguna que otra renuncia de socios. Es que, salvo un grupito, a nadie convence lo que sucede en APTRA de la que se fueron sus dos históricos administrativos y está ocupada, buena parte, por una radio que nunca propuso nada a los socios. Veamos qué paso el domingo 9 de julio: el presidente Luis Ventura se despachó con un extraño discurso inicial dándole un palo certero a Telefé por ocupar su pantalla con ficciones turcas y brasileñas… ¿Se olvidó que Telefé le compró la ceremonia según dijo por 14 millones de pesos? Luego ejerció por primera vez su poder como presidente y avaló dos empates. Habría que ver por quién desempató, si es que lo tuvo que hacer, en las 7 ocasiones interiores de Capital, sin contar los premios federales o de interior donde, en los últimos años (hasta el 2021) no había un recuento de votos con escribano en la sede de la entidad.
La alfombra roja fue la más deslucida de los últimos ocho años, y el “preshow” que Telefé puso en pantalla desde las 16.30 fue de “nuevos ricos”, dos conductoras enloquecidas por comer, a los gritos, recorriendo los cuartos del Hilton deslumbradas con un lujo de cuarta.
La ceremonia tuvo en Santiago del Moro un muy buen conductor que hizo lo más que pudo. Mal en el final cuando se puso la camiseta de la Selección Argentina y se olvidó de lo fundamental de estas ceremonias: volver al micrófono y llamar a todos los ganadores para la foto final.
Mal entrega del Martín Fierro de Oro a Gran Hermano, un grupo de mediáticos ansiosos de fama que no aportan nada mientras El primero de nosotros fue la mejor ficción del año, dentro de la pobreza franciscana que hay en la materia, y mereció no uno sino varios Martín Fierro de Oro. Raro… El presidente de APTRA criticando a Telefé por ficciones nacionales y la entidad que preside premiando con el premio mayor de la noche a un Reality de ignotos y vagos.
Un detalle espantoso: las banderitas argentinas con un sello comercial. Vergonzoso…Nadie puede manchar la insignia nacional de ningún país. Veremos si algún fiscal se da cuenta y hace lo que debe con los culpables de esa ofensa a la patria.
Susana Giménez debió quedarse en el Uruguay. No se justifica que todos los años, por decir, se le dé algún premio que justifique su presencia. Ya no es necesaria en la pantalla chica. Cualquier ficción logra más rating que su vetusto programa de llamadas telefónicas imitando a la gran Raffaella Carrá.
Fuera de lugar el Presidente de la AFA al otorgar un premio a Abel Pintos y olvidarse de hacer lo propio con la entidad que lo convocó y con el canal que transmitía la ajada ceremonia.
Respecto de la presencia de Mirtha Legrand, solo aplausos y respeto. Pecado que su nieto no defina el canal para que su abuela, que tanto le ha dado a su familia, tenga un año más en pantalla.
Por
lo demás, mucho revoltijo, mucho desorden, injusticias notables, premios
previsibiles como el de Lanata conformando una “bajada de línea muy clara” entre su
premio y el que se otorgó al noticiero central de Telefé, absolutamente
inmerecido. El premio le correspondía a Rolando Graña, un periodista de raza, le pese a quien fuere.
Desorden: mesas con elencos completos mientras Karina Mazzocco solo tuvo un lugar para su productora. Todo muy confuso, revuelto, y de entrecasa. Como si todos nos pusiéramos el vestido del domingo y Saliéramos a brindar en la terraza, o en el patio del fondo. Nada de elegancia, carencia de glamour total.
No a Wanda Nara, no a Jorge Lanata, no al Noticiero Central de Telefé, no a Susana Giménez. Bien por Daniel Fanego y Benjamín Vicuña. Por los demás, hay mucha tela para cortar.